
¿Otro film más de EXORCISMOS? ¿Pudo haber sido una buena PELÍCULA?
Cuando se incursiona en este tipo de películas, que involucran demonios y posesiones, siempre está la sombra de un clásico de este género y me refiero a El Exorcista de William Friedkin, del año 1973, no hay una sola que no se halla hecho que tome escenas o situaciones de este referente y lo más triste es que son copias y muy malas. 13 Exorcismos, empezó contando una historia, involucrando diferentes cosas y termino siendo, a mi humilde opinión en una simple película de clase B.
El Demonio existe, sin ningún género de dudas. La Serpiente Antigua, El Príncipe de las Tinieblas, El Maligno, El Ángel Caído, Satanás, Lucifer, Belcebú, Pazuzu… No obstante, el cine desde que descubrió que había mucho hilo del que cortar comenzó un largo y vasto camino a contar desde innumerables facetas la existencia de este ser sobrenatural al cual va ligado, indisolublemente, no solo el problema del Mal en las grandes religiones monoteístas de la humanidad, sino de su rica y fascinante representación en el ámbito artístico.
2022 | 13 Exorcismos | Jacobo Martínez | Atresmedia
Basada en una historia real que pasó en la ciudad de Burgos en 2014, en la que una familia vivió aterrorizada cuando pensaban que su hija estaba poseída por el demonio y de cómo esa niña pasó una auténtica pesadilla por parte de un grupo de personas en los que ella confiaba y deberían haberla protegido, pero acabaron convirtiéndose en sus mayores enemigos.
13 Exorcismos, nos cuenta la vida de Laura, una chica normal, sin grandes pretensiones, lo que el guion muestra con varias secuencias bien concebidas. El contexto del personaje — una familia estricta, pero cariñosa, y un barrio cercano a la pobreza — dotan a la película de un medido aire cotidiano. El mensaje de fondo está claro. Lo sobrenatural le puede ocurrir a cualquiera. Y, lo que es más siniestro, acecha en medio de lo que parece el más simple de los errores.
La película se inspira libremente en algunos de los últimos casos documentados en España y recuerda, desde su arranque, que es una práctica canónica dentro del seno de la Iglesia católica y que el Vaticano debe autorizar los exorcismos con antelación. En España a día de hoy en concreto hay 15 sacerdotes capacitados para realizar este tipo de prácticas.
13 Exorcismos, es una película que habla del miedo a lo desconocido y de cómo algunas creencias religiosas pueden ser mal gestionadas y dar lugar a situaciones de auténtico terror.
El problema principal de la película es que se contradice a sí misma entre el planteamiento que hace, tanto en su apertura y su cierre como en la forma en la que se ha vendido, con lo que acaba contando e incluso parte de su propia trama.
Parece como si la película se hubiese pensado para denunciar este tipo de prácticas y sus consecuencias en el mundo real, al mismo tiempo sus responsables tuviesen ganas de rodar terror sin ambigüedades, el resultado, sin ser «malo», es frustrante como espectador.
Como película de terror es simplemente correcta, una más sobre exorcismos derivada del clásico de William Friedkin de 1973 (al que a veces hace homenajes tan directos que algunas escenas casi parecen de un remake españolizado) con los recursos visuales típicos y el añadido de un par de secundarios que no se limitan a dudar de lo que ven, sino que incluso intervienen con lógica del mundo real.
Si la película quiere ser de terror y misterioso religioso, es mucho menos interesante que si lo que plantea es esa crítica a la superstición y sus peligros en sí. Tiene toques de drama social y retrato de un ambiente fuertemente religioso y moralmente muy estricto, en la que la protagonista se siente enclaustrada. Cuando empiezan los síntomas en la joven, el punto de vista de la psicóloga del colegio contrasta con el religioso del sacerdote que es especialista en exorcismos. Y es aquí cuando la película cambia entre los dos puntos de vista, de tal manera que el espectador no sabe qué se nos está narrando, si un caso psiquiátrico o hechos sobrenaturales.
La figura de la psicóloga de la escuela es interesante, y a veces parece ser el alter ego del narrador, intentando dar a la posesión un origen racional, pero esas explicaciones se desdicen con las imágenes que vemos en pantalla.
Durante sus primeros minutos, 13 Exorcismos, quiere dejar claro que lo sobrenatural, en el argumento, es un hecho lejano. Que es, en el mejor de los casos, una curiosidad en la vida de su protagonista. Pero, aun así, la película establece su atmósfera con cuidado. Algo inquietante está a punto de suceder.
En el caso de Laura es experimentar en una, digamos, ¿sesión de espiritismo? O algo parecido. La joven abre la puerta a un elemento incontrolable emparentado con una idea que le sobrepasa. Pero, más que eso, se convierte en puerta involuntaria del leve velo que separa al bien y al mal en dos hechos circunstanciales bien definidos.

13 Exorcismos, falla en su capacidad para englobar ideas tan precisas y brillantes en un único escenario. En especial porque, tras un brillante primer tramo, decae al resumir su argumento en lugares comunes. Desde la madre cuyo fanatismo religioso se convierte en otra forma de horror, hasta la visión misma de la fe como idea represiva. La película enlaza sus temas principales con una forma de cliché muy evidente en el género de terror.
El argumento es lo suficientemente sólido para, incluso, sostenerse en sus momentos más blandos y predecibles. El buen manejo de cámara convierte los rituales religiosos en un juego de luces y sombras de particular atractivo visual. Pero en realidad es la concepción del misterio a través de la cámara subjetiva lo que se convierte en el mayor triunfo de la película.
Ojalá hubieran apostado por enfocar la historia de una manera más realista, porque entonces sí hubiera logrado poner los pelos de punta de la cabeza, lo cual como saben no es mi caso.
El PELADO Investiga