#2 🎥 La amenaza NUCLEAR en la CULTURA popular: una PERSPECTIVA a través del CINE de los años 50 y 60

A través de una mirada retrospectiva, descubriremos cómo estas películas reflejaron la carrera armamentística nuclear y cómo la Guerra Fría influyó en la producción de películas de ciencia ficción y suspenso. Este video también examina cómo estas películas han dejado un legado cultural y continúan influyendo en la representación de los desastres nucleares en la pantalla grande.

No han abundado las películas que tratasen directamente el tema de un holocausto nuclear y sus consecuencias. Quizá porque los productores lo han considerado demasiado escabroso y deprimente, ya que una guerra atómica no es la clase de desastre del que los héroes de la película pueden salir bien parados gracias a su astucia, su valentía o el amor que sienten unos por otros. El Apocalipsis nuclear es una historia que nunca puede terminar bien, nunca hará que el espectador salga feliz de una proyección porque en una historia así nadie gana nunca.

La Hora Final
1959 | On the Beach | Stanley Kramer | Compañías Stanley Kramer Productions
Es 1959, fecha clave en el desarrollo de la Guerra Fría con el triunfo de la revolución cubana, cuando se estrena uno de los grandes clásicos del género al más puro estilo Hollywood: La Hora Final. Estrellas de la talla de Gregory Peck, Ava Gardner, Fred Astaire o Anthony Perkins protagonizan este drama con un destacado mensaje antibelicista. El mundo ha quedado desolado tras una Tercera Guerra Mundial que nadie sabe quien empezó ni quien ganó y Oceanía es el único continente superviviente. A diferencia de lo que se podría pensar, la vida se desarrolla con una relativa normalidad a pesar de algunas escaseces básicas. La misión del ejército australiano en colaboración con el último submarino estadounidense superviviente será navegar por el fondo marino con la intención de evaluar la situación en la superficie del planeta, mientras, la nube radioactiva se acerca al único continente con vida, oscureciendo el trágico destino de los últimos habitantes del planeta.

La película afrontaba finalmente las posibles consecuencias de una guerra nuclear de manera directa, sin necesidad de sublimar los miedos colectivos en forma de monstruos fantásticos, aunque el rodaje estaba aún sujeto a las limitaciones estilísticas y sobre todo censoras de su tiempo. Los estragos físicos del síndrome radioactivo y otros aspectos visualmente truculentos de un holocausto nuclear todavía no podían ser mostrados explícitamente en pantalla, así que el film empezó a indagar tímidamente sobre cuáles podrían ser los efectos psicológicos sobre una población enfrentada a un casi seguro fin del mundo.

El futuro de los supervivientes depende del capricho de los vientos. La incertidumbre sobre cuánto tiempo les queda de vida choca con los deseos de mantener una existencia cotidiana lo más civilizada posible, pese a que el pegamento del tejido social esté deshaciéndose cada día que pasa y la gente se deprime más y más ante la idea de un fin difícilmente evitable. La Hora Final centra su interés en el modo en que cada personaje, según su edad y condición, asimila la desesperante idea de que se aproxima el Juicio Final.

La película está llena de grandes actuaciones, diálogos brillantes y algunas secuencias verdaderamente memorables, aunque el tono general de melodrama convencional puede descolocar a quien esté acostumbrado a películas apocalípticas posteriores, que son con diferencia mucho más duras. Aun así, situada en su tiempo y en el contexto del Hollywood clásico, el film consigue ser convincente y lo bastante profunda para hacernos llegar su mensaje, por ejemplo con la pareja que se pregunta si su bebé llegará a cumplir el primer año —y si merece la pena traerlo al mundo— o con el gobierno repartiendo pastillas de suicidio entre la población, para ahorrar sufrimientos innecesarios en caso de que finalmente llegue a Australia la radiación que ha fulminado al resto de la población de la Tierra.

La Última Guerra
1961 | SEKAI DAISENSÔ | Shuei Matsubayashi | Toho | Metro-Goldwyn-Mayer
Menos lograda, aunque muy significativa por el país de donde procedía —Japón— La última guerra, estrenada un par de años después que La hora final, en este film una familia nipona sufría un incierto destino ante el desencadenamiento de un inminente conflicto nuclear global. La película tenía unos efectos especiales apreciables dada la época, con un tono moralista que evidentemente no podía olvidar lo sucedido en 1945 en Hiroshima y Nagasaki. El mensaje era dramáticamente antinuclear, como resulta fácil suponer, aunque el resultado artístico no era muy redondo.

Esta es la crónica de dos familias japonesas durante los tiempos álgidos de la Guerra Fría entre la Alianza y la Federación, dos bloques de superpotencias que se disputan el control del planeta. Pero las cosas se salen de control cuando la base ártica de la Alianza es atacada sin motivo aparente, lo cual dispara una serie de represalias por parte de ambos bandos. Ahora Japón ha quedado en la mira, ya que se encuentra en la primera línea de defensa de la Alianza… y será victima de la primera oleada de misiles atómicos, los cuales han partido desde la China continental y cuya llegada a suelo nipón es esperada en cuestión de minutos.

El aspecto técnico es tan estupendo como cabe esperar: el diseño de producción recuerda a los clásicos 1Kaiju Eiga. Solo decir que La última guerra es una película bien realizada, demasiado lenta, triste y con cierto exceso de moral que intenta conciliar varios argumentos y aunque bien trenzada, a ratos se hace excesiva, densa y larga, y parece no saber dónde va ¿Quiere ser un drama familiar? ¿Un drama bélico? 2¿Un tokusatsu Sci-fi? ¿Una crónica de un momento histórico? Si hubiera optado por un enfoque menos multi temático, hubiera sido sería mucho mejor.

Pánico Infinito
1962 | Panic in Year Zero! | Ray Milland | American International Productions
Estaba dirigida con un limitado presupuesto por el célebre actor Ray Milland, para aquellos amantes del cine lo recordarán en “Días sin huella” (The Lost Weekend) y “El hombre con rayos X en los ojos” (X: The Man with the X-Ray Eyes). Algunos críticos han dicho que fallo como producto cinematográfico, pero que contenía el germen de algunas cuestiones válidas: ¿empezarían los seres humanos a comportarse como animales cuando se viesen irremisiblemente confrontados ante el Juicio Final?

La trama de Pánico Infinito nos cuenta que los Baldwin se encuentran en camino de disfrutar unas vacaciones en el campo. Pero destellos en el horizonte y el corte de las líneas telefónicas los alertan acerca de un posible ataque nuclear masivo a los Estados Unidos. El jefe de la familia, Harry, decide tomar medidas desesperadas para asegurar la sobrevivencia de su familia, acaparando armas y provisiones, y trasladándose a un lugar remoto donde la radiación no los afecte. Sin embargo el caos reinante los llevará a traspasar los límites de su propia moral.

Habitualmente es considerada una película mediocre, y es despreciada tanto por sus pobres valores de producción así como su recargada agenda política. Pero desde mi punto de vista, debería ser considerada como un pequeño clásico. Es un film cargado de ideas –algunas de ellas discutibles-, pero de ningún modo se trata de un filme idiota. Por el contrario, es un ejemplo perfecto de cápsula del tiempo en los momentos más álgidos de la Guerra Fría –fue rodada el mismo año en que hizo eclosión la crisis de los misiles cubanos, y cuando el mundo estuvo al borde del caos atómico.

Como película apocalíptica es ciertamente minimalista –no hay espectaculares escenarios de destrucción masiva sino apenas un par de secuencias con hongos atómicos sobreimpresos sobre el horizonte-, pero narrativamente cumple con su propósito. Y en vez de dedicarse a estudiar los efectos físicos de la hecatombe nuclear, se aboca a elaborar una tesis acerca del comportamiento humano de los supervivientes.

Polémico, dispar, con un valor de producción barato, Pánico Infinito es sin dudas un films inteligente. No resuelve todas sus situaciones de la mejor manera, pero sobreabunda en ideas. Y aunque sus personajes carezcan de fluidez y naturalidad, la historia representa de una manera más que coherente todas las situaciones posibles que se pueden suscitar en un escenario post guerra nuclear. Considero que fue un filme subvalorado injustamente.

REFLEXIÓN FINAL
El cine nuclear es casi siempre un “cine terminal”, en el que la historia lleva inevitablemente a un desenlace tenebroso escrito de antemano y donde el espectador está condenado a lamentarse por lo que ve en pantalla, pero sin albergar apenas esperanzas hacia los personajes. Es un cine deprimente que obliga al espectador a vivir una especie de luto forzado, y eso es algo que pocos productores se arriesgaban a poner en pantalla —especialmente en épocas pasadas donde el asunto nuclear estaba más de actualidad—lo cual también explica que la televisión haya tenido un papel tan importante en este género, ya que la menor inversión permitía tomar riesgos temáticos mayores, mientras el cine se estaba absteniendo de poner dinero en películas desalentadoras que no invitaban a las familias a acudir a los cines precisamente.

Mientras existan arsenales atómicos no es imposible que un día alguien —incluso alguno de nosotros— se despierte de la cama sobresaltado por un tremendo fogonazo de luz y vea un hongo atómico creciendo en el horizonte, señal diabólica de que en breves segundos llegará una infernal onda expansiva (y venenosa). Y en segundo lugar porque es una de esas raras temáticas que lo tienen todo para producir buenas películas, pero que —como ocurre también con el espionaje o el fenómeno OVNI—ha generado menos títulos de los que hubiese sido lógico esperar.

El PELADO Investiga

Fuentes:
filmaffinity.com/es/
asiateca.net/
portalarlequin.com.ar

1El término Kaiju Eiga se utiliza para definir las películas (eiga) de monstruos (kaiju) japonesas.

2Tokusatsu («filmación especial») es un término japonés que se aplica a cualquier película o serie de televisión de acción real en la que se haga un uso intensivo de efectos especiales.

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