#1 🎥 La PARANOIA nuclear en el CINE de los años 50: una mirada RETROSPECTIVA

Este primer análisis de películas atómicas, explora la representación de la guerra nuclear en el cine de los años 50. Desde la paranoia y el miedo hasta la esperanza y la resistencia, este video examina cómo el cine de los años 50 retrató la amenaza atómica y la política internacional. A través de una mirada retrospectiva, descubriremos cómo estas películas han dejado un legado duradero en la cultura popular y en la representación de la guerra nuclear en la pantalla.

El fin del mundo es una de las temáticas que siempre ha fascinado a los autores de ciencia ficción. Entre la total desaparición del planeta por una catástrofe cósmica y la extinción de la vida humana de la faz de la Tierra. En el cine solemos encontrar multitud de sociedades supervivientes a todo tipo de cataclismos que haya podido desarrollar la imaginación de los autores de todas estas ficciones post-apocalípticas. Civilizaciones impregnadas de un gran pesimismo hacia el porvenir de la especie humana. La mayoría de estos desastres acostumbran a ser responsabilidad de la propia autodestrucción del hombre, que tras sobrevivir a la tragedia intentará redimir con amarga nostalgia todos los errores cometidos. El final de la civilización por guerra nuclear, plaga, o algún otro desastre, se convierte en el punto de partida para los protagonistas de estas distopías post-apocalípticas por las que vamos a comenzar a viajar.

Para encontrar los primeros escenarios post-apocalípticos que nos ha ofrecido el celuloide nos tenemos que remontar a los albores de la Guerra Fría. Tras el fatídico desenlace de la Segunda Guerra Mundial en Hiroshima y Nagasaki, el inicio del Plan Marshall en 1947, el bloqueo de Berlín en 1948, la constitución de la OTAN en 1949 y finalmente el inicio de la Guerra de Corea en 1950 marcan una época profundamente obsesionada por la ciencia del átomo y sus desastrosas consecuencias.

¿Principio o fin?
1947 | The Beginning or the End | Norman Taurog | Metro-Goldwyn-Mayer
Nos encontramos con un sorprendente docu-drama protagonizado por la bomba atómica: su invención, su desarrollo y los estragos que ha causado a la Humanidad. El primer detalle que nos revela lo insólito de la película, es su propia condición como relato de la carrera atómica norteamericana, destinada a ser contemplada por los habitantes de la tierra dentro de cinco siglos… si todavía estos siguieran existiendo.

La secuencia de apertura se iniciará con una panorámica descendente sobre un árbol de extraordinarias proporciones, deteniéndose en una cápsula conmemorativa introducida dentro de un receptáculo, creado para ubicar esa película que relatara el proceso de la obtención de la energía atómica, mientras en Alemania los nazis pretendían similar objetivo.

Servirá para presentarnos a los protagonistas del proceso, que después iremos identificando en el devenir de la filmación. Una vez introducida en el recinto, que se cubrirá con una placa conmemorativa, se iniciará la que en realidad será la película.

A partir de ese momento, con una combinación en la narración de hechos y situaciones, utilizando para ello elementos del cine de intriga y crónica bélica, se describirá ese proceso por el cual, a partir de los deseos de Roosevelt, los Estados Unidos se encaminaron en una carrera atómica de trágico y buscado desenlace, que su sucesor Truman, a quien solo se mostrará de espaldas y entre sombras, queriendo evitar su personalización, al ser el mandatario en activo, en el momento de realización del film, decidió el lanzamiento de la primera bomba atómica, cara lo que en teoría sería una conclusión más próxima de la lucha mantenida con el ejército japonés, evitando con ello la supuesta pérdida de miles de víctimas del ejército americano.

Veremos los consejos de Albert Einstein a la hora de facilitar el indicio de esa carrera atómica, evitando la escalada nazi. Las dudas de Roosevelt al dar las órdenes oportunas para llevar a cabo el proyecto en secreto. Las instrucciones militares, la disposición de las grandes empresas del país, las pruebas, el dantesco espectáculo del disparo de la propia bomba desde el avión Enola Gay, minutos después de celebrarse un fantasmagórico oficio religioso matinal, dominado por velones que anticipan el alcance fúnebre de su objetivo.

Sin embargo, como sucede tantas ocasiones en el cine, hay que saber separar la paja del trigo, y sin encontrarnos ante un título en especial memorable, más allá de su propia singularidad como tal propuesta, esconde entre el engolamiento y el artificio de sus momentos más olvidables, oportunas pepitas de buen cine, que viéndolo en la actualidad hace reflexionar sobre la evolución del hombre y su involución por destruirse.

Los Últimos Cinco
1951 | Five | Arch Oboler | Columbia Pictures

El título hace referencia a cinco supervivientes de un holocausto nuclear que protagonizan la película. Una mujer embarazada que busca a su marido, un derrotista que anhela construir un mundo mejor tras el desastre, un anciano ex banquero, un afroamericano que le acompaña y un montañista con una férrea ideología fascista.

El primer dato a tener en cuenta es el año de su estreno, 1951. Es decir, tan solo 6 años después de la prueba «Trinity», de Hiroshima y de Nagasaki. La película es la primera obra cinematográfica que retrata un escenario de fin del mundo provocado por el uso de las armas nucleares.

Es pionera en varios aspectos claves de los del género post apocalíptico nuclear. En primer lugar, por fundarlo, es decir, llevar a la pantalla la eventualidad de la aniquilación de la raza humana y del orden social existente por causa de las armas nucleares, y los problemas y retos a los que se enfrentan aquellos que sobreviven.

Uno de los temas fundacionales de la película es el de la reconstrucción de la raza humana tras la catástrofe. Este asunto presenta dos vertientes, la primera de ellas la del hecho básico de la procreación: en un mundo con escasez de personas y de opciones de ocio, tener sexo sin preservativos o condón ya no es una temeridad, sino un deber ineludible, hay que repoblar el planeta sí o sí.

Cómo construir una nueva sociedad sobre las cenizas de la anterior a partir de un núcleo muy reducido de sobrevivientes.

¿Cuáles serán los fundamentos de esa sociedad?

¿Será igualitaria o retrocederemos a un estado primitivo basado en la dominación, la superstición y la fuerza bruta?

¿Aprenderá el ser humano la lección tras haber estado a punto de aniquilarse, y aprovechará para crear un mundo mejor, más justo, o repetirá sin fin los mismos errores?

¿Qué credos y formas de pensar serán las que guíen a la humanidad tras la catástrofe?

El Mundo, La Carne y El Diablo
1959 | The World, the Flesh and the Devil | Ranald MacDougall | Metro-Goldwyn-Mayer

El Mundo, la Carne y el Diablo, (referencia a los ‘enemigos del alma’ que cita la Biblia) se atreve a vaticinar que, en el inminente fin de la humanidad por la guerra radioactiva ya aventurado en la película anterior que hemos visto en este informe, la trama nos cuenta de un único superviviente, un joven negro atrapado en las profundidades de una mina durante los cinco días que dura la mortal nube tóxica.

Presenta los rasgos que más tarde se convertirán en arquetípicos para todos los films con el tópico del ‘único superviviente’: incredulidad, desesperación, adaptación, hábitos y variación de la rutina, a causa de víctimas femeninas.

Una excusa que sirve aquí para rellenar el incómodo y difícil ¿qué hacemos?, que surge tras mostrar el espectacular, sugestivo y siempre eficaz tema del hombre como el rey absoluto de un planeta en ruinas, en este caso una Nueva York desolada, retratada por tomas todavía espectaculares y mil veces imitadas.

Ralph, el protagonista, aparece como un individuo torturado por toda una vida de menosprecios a causa del color de su piel, y es por ello el primero al que le cuesta afrontar sus nuevas posibilidades, formar pareja con una atractiva joven blanca, ser reconocido por sus cualidades humanas. El retorno de la ‘civilización’, el hallazgo de otros supervivientes, significa ser desplazado de nuevo a su condición de marginado, de menos que hombre.

Con todo y ello, tras los fuegos artificiales de la ciencia ficción catastrófica pura, el conflicto social y amoroso queda un tanto más frío, pese al acertado reflejo y potencia de la tensión sexual.

El Mundo, la Carne y el Diablo, enjuiciaba los tiempos presentes por medio de una imagen de futuro. En esta ocasión, a la vertiente de crítica a los terrores de la Guerra Fría y su posible holocausto nuclear.

REFLEXIÓN FINAL
Vivimos en un mundo en el que cada día ofrece la posibilidad de acabar con la civilización tal cual y como la conocemos. Afortunadamente, las películas post-apocalípticas nos han dado muchos ejemplos de qué hacer si ocurre una crisis mundial.

A diferencia de las películas distópicas, que son las que nos muestran sociedades corruptas, las películas post apocalípticas ocurren en un mundo en el que la sociedad ya no existe y la gente tiene que seguir adelante como sea.

El PELADO Investiga

Fuentes:
lacachimba.wordpress.com
elcriticoabulico.wordpress.com
portalarlequin.com.ar
cinedivergente.com

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad