El Reino

El Reino es una serie para verla, meditarla, dejarse atrapar, pero siempre analizando desde una óptica crítica pero con la mirada alerta de que todos aquellos que dicen ser los fieles instrumentos de la Palabra, y que hacen “la voluntad” del Creador, solo lo utilizan para su pasión personal, ocultando las bajezas más horrendas y oscuras que ocultan en el corazón: hombres y mujeres sin escrúpulos que manipulan a la plebe, que va en busca de esos estereotipos a seguir y terminan aferrándose a becerros de oro, viéndolos como iluminados o elegidos por la divinidad…

Análisis de EL REINO sin spoilers, pero con mucha ironía y sarcasmo te cuenta lo que muchos no se atreven a decir o ni siquiera se detuvieron en hacerlo… (Suscribite sino lo has hecho, activa la campana de notificaciones, deja tu comentario debajo del video una vez lo hayas visto, y si fue de tu agrado dale un me gusta)

Hace unos días un seguidor de El Pelado Investiga me sugirió si había visto “El Reino” una producción de Netflix, estrenada en agosto del 2021, que cuenta la historia del pastor Emilio Vázquez Pena (Diego Peretti), candidato a Vicepresidente de la República, cuyo compañero de candidatura es asesinado súbitamente durante el acto de cierre de campaña. Tras el horror llega la oportunidad: Vázquez Pena podría convertirse ahora en el próximo presidente de la nación, un primer mandatario evangélico de la Argentina. Entre intrigas, intentará descifrar quién es el asesino y cuáles fueron sus causas, mientras se prepara para ser el nuevo líder del país.

Siendo fiel a mí estilo de analizar, no tanto las excelentes o brillantes actuaciones de los actores, sino en el rol de sus personajes, esta vez quiero detenerme en cuatro de ellos, que a mi modo de entender son claves en la historia. Los invito a que analicen y observen la personalidad de cada uno de ellos, donde podrán encontrar, por ejemplo, cómo un varón justo de Dios, es manipulado y dirigido por quien es realmente la líder en la congregación, su esposa, la pastora, que ubicada siempre detrás, es la que mueve hábilmente las piezas del ajedrez, para encontrar el momento justo y no dar pasos en falsos.

Diego Peretti (El Pastor Emilio)

Diego Peretti (El Pastor Emilio), un actor con un gran carisma interpretativo, para aquellos que hemos seguido su carrera cinematográfica y televisiva, este personaje lo corona, porque ante lo que parece ser no lo es, ya que detrás de cada exposición que hace frente a las cámaras o en el púlpito de su ministerio, hay un hombre que por pequeños momentos, yo diría esporádicos, nos muestra a un elegido para ese instante de la historia que le toca vivir y luego en un cambio rotundo de 180 grados, nos revela al hombre sometido, vigilado y controlado por la aguda, silenciosa y me atrevo a calificarla, maliciosa presencia de la verdadera estrella de “El Reino”, Mercedes Morán (Elena), la esposa, la pastora, que es engullida por este personaje que no tiene escrúpulos a la hora de tomar decisiones y sin medir el costo para lograr el objetivo deseado.

Mercedes Morán (Elena)

Luego vemos al Chino Darín (Julio Clamens), situado entre dos frentes, con un pasado que lo persigue 24/7 y que intenta encontrar su lugar, donde comienza a descubrir que no todo tiene que ver con el mensaje de la cruz, sino que amparándose en ella, hay un gran círculo de poder, corrupción, facetas de personajes que no deben salir a la opinión pública y lo más impactante la corrupción y abusos de menores en el hogar que el ministerio tiene a su cuidado.

Chino Darín (Julio Clamens)

Otro de los papeles que más me gusto es interpretado por Nancy Dupláa (Roberta Candia), esa fiscal que se inmiscuye en el caso del asesinato del candidato y poco a poco se va sumergiendo en un vórtice de mentiras, corrupción, tapaderas, desaparición de personas, perdida de información y asesinato de testigos, la terminan posicionando en ser la próxima en la lista. Su personaje presenta, algo que en la Argentina falta, sobre todo en el ámbito de la justicia: honestidad, y ella sin temor, valiéndose de su cargo, investiga este rompecabezas religioso, al extremo que pone en peligro su carrera como así también su vida privada.

Nancy Dupláa (Roberta Candia)

Dejo para el final, al mejor antagonista de El Reino que desde el primer episodio al último fue marcando, dejando una huella en cada uno de los pasos que dio y salió victorioso, interpretado por un actor que en lo personal me encanta su estampa, su presencia y frialdad para dar vida a lo que le pongan en él guión: Joaquín Furriel (Ruben Osorio), este hombre que desde un lugar de poder, no local, sino internacional, me hizo acordar muchísimo a Raymond Reddington, de la serie “Blacklist” donde los recursos humanos, logísticos, que Ruben Osorio tiene a su disposición y lo que imaginen, están a su alcance para poner al candidato en el sillón de Rivadavia y así convertirlo en un títere de los grandes poderes y compromisos externos.

Joaquín Furriel (Ruben Osorio)

Hay un momento en la serie cuando hacen como una revisión de la carrera del personaje de Joaquín, que me hizo a acordar a cómo se desarrollo la gran invasión del pentecostalismo en Latinoamérica, cuando Juan Pablo II en su viaje apostólico a Santo Domingo, en su discurso inaugural, de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, el lunes 12 de octubre 1992 dijo que: “…el avance de las sectas pone de relieve un vacío pastoral, que tiene frecuentemente su causa en la falta de formación, lo cual mina la identidad cristiana y hace que grandes masas de católicos sin una atención religiosa adecuada —entre otras razones, por falta de sacerdotes—, queden a merced de campañas de proselitismo sectario muy activas. Pero también puede suceder que los fieles no hallen en los agentes de pastoral aquel fuerte sentido de Dios que ellos deberían transmitir en sus vidas. «Tales situaciones pueden ser ocasión de que muchas personas pobres y sencillas, —como por desgracia está ocurriendo— se conviertan en fácil presa de las sectas, en las que buscan un sentido religioso de la vida que quizás no encuentran en quienes se lo tendrían que ofrecer a manos llenas…”

Al poco tiempo, grandes sectores de Latinoamérica, tuvo una gran invasión de parte de los hermanos separados de todas las denominaciones representadas: Testigos de Jehová, Evangélicos, Pentecostales, Bautistas, Mormones, Adventistas…

Pero volviendo a «El Reino», sé que muchos líderes de iglesias evangélicas, se sintieron molestos cuando se muestra que en las paredes del templo, (La Iglesia de la Luz), camuflados están empaquetados fajos de dinero y eso a más de uno le hace pensar, el negocio redondo de la fe, como se trafica con el Evangelio. No quiero tampoco ser tan malicioso, ya que eso no solo pasa entre nuestros hermanos evangélicos, en la Iglesia Católica, lamentablemente, aunque muchos no quieran admitirlo y desean tapar el sol con la mano y ser una banda de hipócritas, ocultando los grandes negociados de poder político y de dinero que existe en las mismas raíces del catolicismo, en particular desde la Santa Sede, donde encontramos a unos personajes, grandes negociadores que olvidándose de su ministerio, (hablo de los cardenales), valiéndose de él, solo lo centralizan en el poder que les genera el color púrpura y lo que más pena me da es que se olvidaron del mayor poder por el que fueron llamados y elegidos, que no es el político ni el del billete sea cual sea la denominación: sino por el mismo hacedor de proclamar el Evangelio: Jesús.

Igual con esto, no quiero decir que no hay personas que sientan en su corazón el ardor por anunciar el mensaje de la cruz, tengo amigos evangélicos que me han mostrado más el camino recto, con un testimonio real y vivo en aquellos que considero mis correligionario en la fe… una pena, pero a veces las cosas se presentan así y ustedes saben que no soy hipócrita y no puedo callar lo que realmente desde mi punto de vista personal experimento…

En síntesis: «El Reino» es una serie para verla, meditarla, dejarse atrapar, pero siempre analizando desde una óptica crítica pero con la mirada alerta de que todos aquellos que dicen ser los fieles instrumentos de la Palabra, y que hacen “la voluntad” del Creador, solo lo utilizan para su pasión personal, ocultando las bajezas más horrendas y oscuras que ocultan en el corazón.

Hombres y mujeres sin escrúpulos que manipulan a la plebe, que va en busca de esos estereotipos a seguir y terminan aferrándose a becerros de oro, viéndolos como iluminados o elegidos por la divinidad, olvidándose que el verdadero Señor de la vida y de la historia, (en mi caso particular, cómo católico, no me dejo obnubilar por ninguno de los que están en la pirámide de poder), ya que al que considero realmente a quien debo seguir, está presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santísimo Sacramento y vive en ese sacramento de amor que es la Eucaristía, que tanto nos ama y que permite que un sacerdote (pecador como todos) lo encierre en una caja de madera con llave (sagrario); todo eso para estar cerca nuestro y por el inmerso amor que nos tiene. Si vamos a cualquier templo, busquemos la lucecita roja que nos indique que Él está ahí, y habremos encontrado realmente a “El Reino”.

El Pelado Investiga
Esperando que El Reino se instaure en el mundo definitivamente.

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